Odontología
General, EndodonciaImportancia de la capa parietal. Revisión bibliográfica. |
RESUMEN
En este trabajo hemos analizado la importancia de la Capa Parietal Endodóncica (Barrillo Dentinario) que se produce durante el tratamiento de conductos, ya que afecta a la permeabilidad dentinaria y a la desinfección y el sellado de los conductos, considerando el cemento utilizado, la técnica aplicada y su relación con la presencia o ausencia de esta capa. En nuestra revisión hemos podido comprobar que la mayoría de los autores aconsejan la eliminación de dicha capa para conseguir los mejores resultados del tratamiento, para ello la mejor combinación es la irrigación alterna con hipoclorito sódico y EDTA, a pesar de que la biocompatibilidad de esta combinación debe ser mas estudiada. |
Palabras clave: Capa Parietal Endodontica, Barrillo dentinario, Smear layer, Irrigación de conductos, Hipoclorito sódico, EDTA.
ABSTRACT
In this study it has been analyzed the importance of the Smear Layer produced during root canal treatment, because it affects dentin permeability and the disinfection and sealing of the root canals, taking into account the cement, technique and the presence or absence of the smear layer. In our review, we could confirm that most of the authors advise to eliminate the smear layer to get the best results of the treatment. The indicated combination for it is the alternate irrigation with both sodium hypochlorite and EDTA, although the biocompatibility of this combination must be studied. |
Keywords: Smear layer, Root canal irrigation, Sodium hypochlorite, EDTA.
INTRODUCCIÓN
El "barrillo dentinario" o "smear
layer" fue descrito por primera vez por Boyde en 1963
(1), como consecuencia de la acción del instrumental rotatorio
durante las preparaciones cavitarias. Posteriormente se observó
también en los conductos instrumentados durante tratamiento
endodóncico, como demostraron Mc Comb y Smith (2), señalando
que estaba constituida por dos fases, una orgánica y otra
inorgánica. El componente orgánico lo forman restos de tejido
necrótico o no, bacterias, células sanguíneas, fibras de
colágeno de la dentina e incluso prolongaciones
dentinoblásticas (3). El componente inorgánico lo constituyen
las virutas o partículas de los tejidos duros del diente, en
este caso de dentina, compuestas por hidroxiapatita que se
desprenden durante la instrumentación, y que unido a los fluidos
orales y a los líquidos de irrigación forman una sustancia mas
o menos homogénea (4-7).
Por lo tanto el "barrillo dentinario" a nivel del
conducto, denominado "capa parietal Endodóncica", es
el resultado del fenómeno físico-químico que se produce
durante la instrumentación endodóncica, fenómeno que se conoce
en la literatura anglosajona con el nombre de "galling"
(roce) (8).
En la "capa parietal endodóncica" se encuentra
principalmente P y Ca, pero también Sn, Si, Cr, Zn, Al, Fe, Cu,
Mn, y Pb aunque este último se cree que se debe a la
contaminación ambiental, el contenido en Ca es mayor que el de
la dentina y el del esmalte (8).
Su estructura microscópica es la de una masa homogénea de
aspecto granular con partículas de tamaño que oscilan entre
0,05 mm y 0,1 mm
de diámetro (8). A poco aumento sin embargo tiene un aspecto
amorfo pero cuando se observa a mayor resolución se aprecia la
estructura granular, de diferentes tamaños que se agrupan
normalmente para formar partículas mayores y que entran en los
orificios de los túbulos dentinarios (7).
Esta capa formada sobre la superficie dentinaria se divide en
dos partes: una superficial que se deposita sobre la dentina
intertubular y los orificios de los túbulos que es delgada y
fácil de eliminar, y otra segunda que es intratubular que ocluye
los túbulos y está fuertemente adherida (9-13). El grado de
penetración de esta capa intratubular varía según los autores
si bien se acepta que la profundidad oscila entre 1-2 mm a un máximo de 40 mm
(3), siendo la media de 10 m m (11).
El barrillo superficial de la capa parietal endodóncica es
mucho más fino y tiene de 1 a 2 mm de
espesor y solo se encuentra en las superficies instrumentadas.
Esto quiere decir que el barrillo es de origen yatrogénico
(13-15), al no estar presente en los conductos o en las zonas
donde no se ha realizado la instrumentación (16,3), por lo tanto
tiene una composición y grosor que dependerán de varios
factores :
- Procedimiento de la instrumentación endodóncica.
- Características del diente : Edad, tipo de conducto, estado del mismo (17-19).
- Irrigación : Sin irrigación la capa de barrillo dentinario
es delgada y con muy poca profundidad. Con suero fisiológico la
capa es más densa y se observa en el interior de los túbulos
dentinarios. Con la solución de Dakin (hipoclorito sódico)
también se produce barrillo, pero parte se elimina, no
apareciendo cuando se hace la irrigación sola sin
instrumentación (20).
Como resumen, podemos decir que las características más
importantes de la capa parietal endodóncica son : Se forma por
la instrumentación del conducto, está condicionado por el uso
de irrigantes, es visible al microscopio electrónico y se
adhiere a la pared dentinaria.
EFECTOS DEL BARRILLO DENTINARIO
Como se ha descrito, el barrillo dentinario o capa parietal
endodóncica formada durante la instrumentación del conducto
radicular, es una película de espesor y homogeneidad variable
que se deposita en la pared del conducto y que, por lo tanto, su
presencia podrá afectar o alterar en algún grado la obturación
posterior del conducto. Además, la persistencia de esta capa
parietal endodóncica repercute sobre la existencia de bacterias
en el interior de los túbulos dentinarios, la desinfección de
los conductos, la permeabilidad de la dentina y el sellado de los
conductos una vez obturados.
A) EXISTENCIA DE LAS BACTERIAS EN EL INTERIOR DE LOS
TUBULOS DENTINARIOS.
Esta penetración bacteriana en los túbulos dentinarios del
conducto radicular está condicionada por varios factores que
actúan aumentando o disminuyendo la profundidad de penetración:
a) El tipo de microorganismo.
La existencia de bacterias en el tejido pulpar puede
condicionar una posible patología pulpar y/o periapical, estando
este hecho implicado directamente en los fallos de los
tratamientos endodóncicos (21). Es por lo tanto de suma
importancia la eliminación de estos microorganismos durante la
realización de la técnica endodóncica.
Se ha demostrado en estudios "in vitro" e "in
vivo" que las bacterias son capaces de colonizar y
desarrollarse en el interior de los túbulos dentinarios del
conducto radicular (22-25) y que, a veces, no se consigue su
eliminación con la instrumentación (23).
Nuevos estudios han intentado determinar cual es el grado de
profundidad de la invasión bacteriana en el interior de los
túbulos y que factores pueden facilitarla, siendo variables los
datos obtenidos, ya que se han realizado en circunstancias
diferentes y con distintos microorganismos.
Según algunos trabajos, con el Streptococcus sanguis
se alcanzó una profundidad de hasta 792 mm
con una media de 458,8 mm (26)
mientras que en otros, con otras cepas de microorganismos
realizados sobre dientes vitales y no vitales, la profundidad
máxima alcanzada fue de 2100 mm (27).
Lundy y Stanley obtuvieron resultados similares con una invasión
máxima de 14 mm/día a los 120 días
y de 3000 mm a los 210 días (28,29).
b) Dientes vitales o desvitalizados :
A pesar de que algunos autores defienden que la invasión es
mayor en dientes vitales que en los no vitales por el aporte de
nutrientes, se ha demostrado que la profundidad, extensión de la
invasión y la proliferación bacteriana era mayor en dientes
desvitalizados, ya que las prolongaiones dentinoblásticas
actúan como una barrera defensiva (30-33).
c) Edad del diente :
En dientes maduros la profundidad de invasión es menor dado
que el número de túbulos y su diámetro disminuye (26).
d) El cemento radicular empleado :
En aquellas zonas donde el cemento está intacto, en estudios in
vitro, la penetración bacteriana es menor, no observándose
presencia de microorganismos en el cemento (34).
e) La permeabilidad dentinaria :
Según Pashley y cols. con una alta permeabilidad existe una
mayor invasión bacteriana (35,36), así por ejemplo en dientes
no vitales donde el diámetro de los túbulos permanece constante
y no disminuye, manteniendo la permeabilidad, la invasión es
mucho mayor.
f) El tiempo :
El tiempo transcurrido también es un factor a tener en
consideración, a mas tiempo mayor invasión. Este es un dato que
coincide en todos los estudios.
g) Nutrientes de los fluidos dentales :
Estos fluidos tienen una composición similar al plasma
sanguíneo (37) que, según Brown y cols. (38), facilitaría el
crecimiento bacteriano.
h) Función inmunológica del fluido :
Aunque esto disminuiría la colonización, es todavía un
factor poco estudiado. Parece lógico pensar que podrían
encontrarse anticuerpos en procesos de caries de larga duración
(39-41).
Sin embargo, se sigue considerando que la colonización
bacteriana es solo superficial y que se elimina fácilmente con
la instrumentación, si bien es un hecho no aceptado por la
mayoría de los autores.
En el caso de que no se haya producido una infección del
conducto, la capa parietal endodóncica producida durante la
instrumentación resulta una barrera bastante eficaz para evitar
la penetración de las bacterias que pueden infectar el conducto
ya instrumentado, por ejemplo, a través de la saliva (42). Este
hecho se ha demostrado en múltiples estudios donde se observó
que la invasión bacteriana se producía cuando se eliminaba la
capa parietal endodóncica (43). Por lo tanto, esta capa
representa una barrera a la colonización bacteriana de los
túbulos dentinarios (42,45,46) y su eliminación favorecerá la
invasión.
B) DESINFECCION DE LOS CONDUCTOS :
En la clínica es muy difícil evaluar si se ha producido o no
infección del conducto antes de la instrumentación y, en el
caso de que ésta haya ocurrido, las propias bacterias formaría
parte de la porción orgánica del barrillo. Es por ello por lo
que numerosos autores defienden la eliminación de la capa
parietal endodóncica de los conductos radiculares para eliminar
las bacterias y facilitar la acción de las sustancias
desinfectantes en el interior de los túbulos dentinarios (25).
Otros autores, sin embargo, afirman que las bacterias retenidas
en el barrillo y en los túbulos no son viables, quedando
aletargadas e incluso muriendo (Delivanis 1983).
Algunos estudios han determinado que la capa parietal
endodóntica se solubiliza progresivamente (47), dejando un
espacio muy propicio para el crecimiento bacteriano y modificando
las presiones de los fluidos (19).
También existen opiniones encontradas con respecto a la
permeabilidad de la capa parietal endodóncica. Algunos autores
consideran que su conservación disminuye las microfiltraciones y
que representa una barrera sólida a los fluidos (48). Por otro
lado numerosos autores consideran que esta capa,
independientemente de que represente o no una barrera a las
bacterias, permite la filtración de fluidos y que por lo tanto
deja pasar las toxinas bacterianas (44).
La capa parietal endodóncica va a dificultar la penetración
y difusión de los agentes desinfectantes antimicrobianos
(3,16,49). Por lo tanto habrá que utilizar antisépticos con un
alto grado de penetración, como el yoduro potásico yodado que
tiene acción en un corto periodo de tiempo, una amplia difusión
ya que actúa por vapores (50) y además una baja toxicidad (51).
El hidróxido de calcio también ha demostrado ser eficaz en
la desinfección de conductos, recomendándose su uso de forma
rutinaria (25,52,53), ya que tiene una acción mas duradera,
aunque menos profunda.
Las conclusiones clínicas que podemos destacar de la
desinfección de conductos son:
- La capa parietal endodóncica es una eficaz barrera
antibacteriana en aquellos casos en los que el conducto esté
libre de bacterias antes de la instrumentación, pero es muy
probable que sólo retrasa la penetración bacteriana si se
produce contaminación.
- Cuando el conducto está previamente contaminado las
bacterias quedan incluidas en los túbulos y en la propia capa
parietal endodóncica no conociéndose que evolución clínica
tienen estas cepas, si bien las toxinas bacterianas pueden pasar
a través de ella.
- La eliminación de la capa parietal endodóncica
facilitaría la acción de los desinfectantes colocados en los
conductos.
- Dependiendo del caso habrá que usar un antiséptico de
acción corta pero profunda o de acción más duradera aunque
menos profunda como el hidróxido de calcio.
C. PERMEABILIDAD DE LA DENTINA.
Cualquier medicamento o sustancia que se coloque en el
interior del conducto es potencialmente capaz de difundir a
través de la dentina hacia la superficie. Si alguna no lo hace
no se sabe bien si es debido a las características del propio
medicamento o a las características morfológicas de la dentina
y las peculiaridades de su permeabilidad.
La permeabilidad dentinaria va a estar condicionada por varios
factores: el área de superficie y espesor de la dentina, el
diámetro de los túbulos, la temperatura, la carga y
concentración de la sustancia a difundir así como su
solubilidad en agua o en lípidos (54,55). De esta forma la
difusión a través de la dentina es directamente proporcional al
área de superficie de los túbulos, e inversamente proporcional
al espesor de la dentina (56,57).
Otro factor a tener en consideración es la edad, ya que en
dientes jóvenes se produce más difusión debido al mayor
diámetro de los túbulos dentinarios (58).
Endodóncicamente existen dos factores que influyen en la
permeabilidad dentinaria como son la disminución del espesor de
dentina remanente y la formación de la capa parietal
endodóncica (59). Se produce un aumento de la permeabilidad de
la dentina por disminución del espesor (60), pero la producción
de la capa parietal reduce la permeabilidad entre un 25 y un 40%
(61,62). Está demostrado que la presencia del barrillo va a
dificultar y disminuir la difusión de distintas sustancias como
el triaminociolano y el dimetilclortetraciclina (63), de
antibióticos y esteroides (63) y también de iones como el H-
y el Ca+ (64). La eliminación total aumenta la
permeabilidad en unas 32 veces (65), ya que aumenta el movimiento
de los fluidos por los túbulos (66-68), favoreciendo el paso de
medicamentos (64).
Sin embargo estudios recientes han obtenido resultados
contrarios a los que cabría esperar (59) detectandose una
disminución de la permeabilidad al eliminar la capa parietal
endodóntica. La posible explicación de estos extraños
resultados sería la formación y precipitación de cristales de
fosfato cálcico en zonas profundas de los túbulos (59). Esto
coincide con los estudios de Pashley utilizando EDTA y NaOCl. Si
estos mismos dientes se dejan sumergidos en agua durante dos
meses se produce un aumento de la filtración que podría ser
debido a la disolución de los cristales antes mencionados. Estos
estudios también coinciden con los realizados por Dippel y cols
(69).
Gutiérrez justifica este hecho debido a que, tras la
irrigación con NaOCl, se formaban unos cristales de NaCl muy
solubles en agua, pero puede que estos cristales observados
fuesen de fosfato cálcico ya que ambos tienen forma cuboidal
(70).
D. SELLADO DE LOS CONDUCTOS.
Ingle (71), demostró que el 60% de los fracasos de los
tratamientos de endodoncia eran producidos por fallos en el
sellado de los conductos por lo que se considera al sellado como
un factor fundamental en el pronóstico de estos tratamientos.
La mejor o peor adaptación de los cementos en los conductos
va a modificarse por una serie de factores como son el tipo de
cemento, la técnica utilizada y la presencia o no de la capa
parietal endodóncica.
a) Tipo de cemento :
Son numerosos los estudios que demuestran que el sellado va a
estar condicionado por el tipo de cemento que se utilice, así
como por la eliminación o no de la capa parietal endodóncica,
cuando se utiliza un mismo cemento. Por lo tanto habrá que
eliminarla cuando se utilice un determinado cemento cuyas
propiedades de adhesión mejoren en ausencia de esta capa
parietal endodóncica (72).
Si se emplea la gutapercha para el sellado de los conductos se
produce mejor adaptación cuando eliminanos la capa parietal
endodóncica, pero si utilizamos el cemento Hydron, no presenta
diferencias de adaptación en caso de persistencia de dicha capa
(73,74).
Si se utiliza como cemento de obturación del conducto algún
material a base de óxido de zinc-eugenol y las técnicas de
condensación lateral o de gutapercha termoplástica inyectada,
tampoco se ha encontrado diferencias en los estudios de
filtración apical con conservación o no de la capa parietal
endodóncica (75).
Estudios clásicos y recientes demuestran que el AH26 es el
cemento con mayor fuerza de adhesión y que ésta es aun mayor
cuando se elimina la capa parietal endodóncica, pasando de 12,4
kg/cm2 a 20,3 kg/cm2 (72). Este cemento es
considerado por distintos autores como el de mayor fuerza de
unión (76-78). Mc Comb y Smith, en 1976 (77) obtuvieron
resultados similares a los anteriores pero sin especificar si se
había mantenido o no la capa parietal endodóncica.
Orstavik y cols. estudiaron otros cementos a base de óxido de
zinc y eugenol, como la Endometasona, N2 Normal y Procosol y
concluyeron que los dos primeros no tenían fuerza adhesiva,
siendo el último el que presentaba unos valores medios (76).
En trabajos similares Grosman estudió también cementos con
óxido de zinc-eugenol (Kerr, Mynol, N2, N2 No-Lead, Procosol,
Roth 801, Roth 811, RC 2B, Tubli-Seal, etc...) y demostró que
todos presentaban bajas fuerzas adhesivas (78).
b) Técnica utilizada :
Las distintas técnicas empleadas van a producir también
distintos niveles de adaptación y de sellado de los conductos.
A pesar de lo extendida y popular que resulta la técnica de
condensación lateral, algunos autores han comprobado que
condiciona un sellado irregular del conductos (79), no formando
una masa homogénea (80).
Con las técnicas de inyección de gutapercha a baja
temperatura se consigue un mejor sellado de las irregularidades
de los conductos (81), como también ha demostrado Jonhson con la
técnica del Thermafil (82).
Cuando se elimina la capa parietal endodóncica y utilizamos
la técnica de condensación lateral se consigue una mayor
adaptación de este material de obturación, siendo peor cuando
se mantiene (80). Hecho que ya se pudo constatar en los estudios
previos de Schilder (83) y Brayton y cols (84).
En numerosos estudios se ha podido comprobar que la
adaptación de la gutapercha es homogénea tanto cuando se
eliminó o cuando se conservó la capa parietal endodontica
(84-87). Resultados similares se obtuvieron cuando se utilizó el
Thermafil como sistema de obturación de conductos (80).
Algunos autores utilizan cementos combinados con las técnicas
de inyección de gutapercha termoplásticas para aumentar el
sellado (Michanowicz y cols.) (88).
En definitiva, el sellado será mejor con las técnicas de
inyección de gutapercha en ausencia de la capa parietal
endodóncica como demuestra el estudio de White y cols. (49), en
el que se pudo constatar como la gutapercha penetraba en los
túbulos dentinarios. Estas observaciones también fueron
reseñadas con anterioridad en los estudios de Cergneux (73) y
Kennedy (74).
c) Presencia o no de la capa parietal endodóncica :
Son numerosos los autores que opinan que la capa parietal
endodóncica produce interferencias entre la unión del material
de obturación y el diente (89) y que su eliminación incrementa
la fuerza de adhesión de los cementos a la dentina produciendo
mejor sellado (16).
En Operatoria Dental se admite que la eliminación del
barrillo dentinario favorece la unión cuando utilizamos
técnicas adhesivas conseguiéndose así un sistema de unión
gracias a los tags de resina que penetran en el interior de los
túbulos dentinarios (90,91). Cuando se produce un fallo de
unión generalmente se localiza a nivel del barrillo por falta de
cohesión.
Pero en endodoncia la influencia del barrillo o capa parietal
endodóncica no está clara. Algunos autores como Pashley y cols.
opinan que éste sirve de barrera de prevención a la
penetración de bacterias (92), mientras que otros, como Goldber
y Abramowich (93), defienden su remoción para facilitar la
llegada de desinfectantes y mejorar la unión de los materiales
de obturación. Pero hay autores que discuten la importancia de
su eliminación (94-96) mientras que en otros estudios demuestran
que se consigue un mejor el sellado cuando se elimina la capa
parietal endodóncica (74).
Más recientemente, estudios in vitro han demostrado
que la presencia de la capa parietal endodóncica produce un
menor sellado tanto cuando se realiza la técnica de
condensación lateral como las técnicas de Thermafil y Ultrafil.
Cuando se elimina esta capa el sellado mejora (81,98,99), siendo
mejor el que se produce con la técnica de obturación de
Ultrafil. El mejor sistema en presencia de la capa parietal
endodóncica resultó ser el Thermafil, pero éste también
mejoraba cuando es retirada dicha capa (97). Pero en los trabajos
de Lares y ElDeeb (100), se obtuvieron resultados opuestos.
Todos estos estudios son in vitro y por lo tanto no son
seguros totalmente ya que in vivo las circunstancias son
distintas y aun no ha podido ser evaluado su efecto (97).
Por lo tanto la mayoría de los autores coinciden en que el
sellado es mejor cuando se elimina la capa parietal endodóncica
y siendo la adaptación mejor en las porciones coronales y
medias, y peor en el tercio apical (80).
Pero a todo lo expuesto, es importante reseñar que se ha
comprobado que cuando se preparaban dientes obturados con
distintos cementos en los que se mantenían la capa parietal
endodóncica integra, el fallo de unión se producía en la
adhesión, permaneciendo intacta la capa de barrillo dentinario.
Cuando se eliminaba éste, los fallos eran en la interfase
cemento-dentina y solo algunos eran por fallos cohesivos del
cemento, por lo tanto las fuerzas de unión del cemento a la
dentina y del cemento a la capa parietal endodóncica son
similares (72).
MODIFICACIÓN DEL BARRILLO DENTINARIO
La capa parietal endodóncica puede ser alterada o modificada
por la acción de medios químicos o físicos. El uso de
distintos irrigantes combinadas o no con ultrasonidos o con ondas
sonoras va a producir modificaciones o eliminación del barrillo
dentinario que forma la capa parietal endodóncica que
describimos a continuación:
1. Suero fisiológico : No tiene ninguna acción sobre
el barrillo dentinario, es más, su uso como irrigante durante la
instrumentación produce gran cantidad de barrillo (101-105).
2. Peróxido de hidrógeno : Solo o en combinación con
el suero fisiológico tampoco tiene efecto alguno sobre el
barrillo a pesar de que algunos autores así lo sugerían
(2,3,9,14,106-108).
3. Glutaraldehido y agentes astringentes : Estas
sustancias modifican el barrillo haciendo que se una más al
colágeno, pero no lo elimina (19).
4. Polvo de piedra pómez : La utilización de este
polvo y lavando luego con peróxido de hidrógeno al 3% lo
elimina parcialmente (109).
5. Tublicid Red Label : Es un material que contiene un
quelante el Docedil-diamino-etil-glicina y un antiséptico el
digluconato de clorhexidina además de fluoruro sódico. Este
producto elimina la parte más superficial del barrillo y afecta
a la porción intratubular, intentado además una
remineralización por el flúor (110).
6. Ácido Tánico : Solo eliminaría la capa de
barrillo superficial, pero no la intratubular (111).
7. Ácido Nítrico : Usándolo durante 30 segundos
elimina el barrillo y además crea irregularidades en dentina
(112).
8. Ácido Fosfórico : Al 37% produce un aumento de la
permeabilidad de 10-15 veces ya que elimina el barrillo
dentinario totalmente (113,114). Usado al 10% también produce el
mismo efecto.
9. Solución de Bowen (oxalato férrico) : Es capaz de
eliminar la capa parietal endodóntica en su totalidad tanto la
superficial como la profunda (115).
10. Ácido fórmico y ascórbico : Forman productos de
reacción solubles e insolubles cuando reaccionan con el barrillo
y lo eliminan (116).
11. Ácido poliacrílico : Usado durante 15 segundos lo
elimina totalmente y además no produce daño secundario (109).
Mc Comb y Smith lo usaron al 20% y posteriormente a
concentraciones de 10 y 5% (2,106).
12. Ácido maleico y otros ácidos orgánicos : El
ácido maleico, el pirúvico o el succínico al 10% eliminan el
barrillo.
13. Ácido láctico : También es capaz de eliminar
totalmente el barrillo (104).
14. Glyóxido, Salvizol y Tego : Son sustancias que
también eliminan el barrillo dentinario (14,103,117).
15. Ácido cítrico : Tiene una capacidad solvente del tejido orgánico siete veces inferior al hipoclorito sódico pero la disolución del componente inorgánico es nueve veces mayor, ya que es capaz de solubilizar la hidroxiapatita. Tiene una acción antimicrobiana baja. Su toxicidad es débil y facilita la cicatrización tisular.
Su uso a la concentración de 6% en distintos períodos de
tiempo elimina el barrillo; en 5 segundos solo retira el más
superficial, en 15 alcanzando hasta la mitad del túbulo y en 30
los deja vacíos (67). Otros autores como Wayman y cols. lo usan
a concentración de 10% seguido de hipoclorito sódico (104).
Yamada y cols. lo usan al 25% en cantidad de 10 ml seguido de 10
ml de hipoclorito sódico al 5,25% y obtuvieron buenos resultados
pero no conseguía eliminar el barrillo del área apical (105).
16. Solución 10-20 (10% de ácido cítrico y 20% de
cloruro cálcico): Elimina el barrillo y descalcifica la
superficie de la pared dentinaria afectando a unas 2,5-3 mm de profundidad (118-120).
17. Derivados de amonio : Es una sustancia de la
familia de los amonios cuaternarios de fórmula compleja. Tiene
escasa capacidad para disolver el tejido orgánico pero tiene
acción quelante y antiséptica. Su toxicidad es baja y además
facilita la cicatrización tisular, también elimina parte de la
capa parietal endodóncica si se deja actuar dentro del conducto
durante al menos 24 horas (6).
18. EDTA : Usando el EDTA 0.5 M se elimina to1talmente
el barrillo, si se usa 0,05 M tiene una acción menor. También
se utiliza en la solución EDTA 3-2 (EDTA 0,3 M 2 Na - EDTA 0,2 M
FeNa) que elimina el barrillo dentinario y facilita la entrada de
sustancias en los túbulos.
19. Hipoclorito sódico : Se utilizó por primera vez
en 1936 por Walker y rápidamente su uso se extendió. Tiene una
baja tensión superficial, es muy mojante y elimina las bridas.
Tiene acción antimicrobiana y es altamente destoxificante (121),
siendo su capacidad para disolver el tejido orgánico la más
importante y actuando despolimerizando las proteinas y
saponificando los lípidos disolviendo el tejido vital y el no
vital (122-124).
Es citotóxico, pero su citotoxicidad está en relación
directa con la concentración de la solución y con la técnica
de irrigación.
En concentración de 5% aproximadamente disuelve el componente
orgánico pero no es capaz de atacar a la porción inorgánica
dejando una superficie rugosa. A concentraciones más bajas
disminuye su eficacia dejando el barrillo intacto (13,80).
El problema es que a la concentración de 5% su citotoxicidad
es muy alta. Así Spängberg y cols. recomiendan disminuir la
concentración (125). Si se utiliza en concentraciones inferiores
al 5,25% su eficacia disminuye (2,14,74,101-106,117,126).
Su acción se produce por la liberación de ácido cloro y
sodio que reacciona con las proteinas y lípidos formando
polipéptidos solubles, amino ácidos y otros productos (127).
Algunos autores, para disminuir su toxicidad disminuyen su
concentración y recomiendan dejarlo actuar durante cierto tiempo
dentro del conducto radicular (13).
Para ciertos investigadores el hipoclorito sódico tampoco es
capaz de penetrar en los recobecos del conducto radicular, siendo
aún menor su eficacia (2,128).
Actualmente se recomienda combinarlo con EDTA y son muchos los
autores que defienden su uso conjunto (2,9,16,49,74,101-106,129).
Goldman y cols demostraron su alta eficacia en la eliminación
del barrillo (130).
Usando EDTA seguido de hipoclorito sódico se consigue unir la
capacidad de disolver el componente inorgánico del EDTA con la
de eliminar la parte orgánica del hipoclorito sódico (97).
De las concentraciones de EDTA e hipoclorito sódico la más
eficaz es irrigar con 10 ml de EDTA al 15 ó 17% seguido de 10 ml
de NaOCl al 2,5-5,25%.
A pesar de la eficacia de la combinación del EDTA e
hipoclorito sódico es necesario investigar la biocompatibilidad
de esta mezcla y los niveles de citotoxicidad.
Otra combinación que está siendo utilizada es la del
hipoclorito sódico con los ultrasonidos. Usándolos junto con el
hipoclorito éste aumenta su eficacia pudiéndose así disminuir
las concentraciones lo cual lo hace menos citotóxico. Utilizando
este sistema la capa parietal endodóncica remanente consistirá
tan solo en restos inorgánicos donde difícilmente pueden
proliferar bacterias.
También se puede combinar ondas sonoras en vez de
ultrasonidos asociadas al hipoclorito.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
1. BOYDE A, SWITSUR VR, STEWART ADG : An
assessment of two new physical methods applied to the study of
dental tissues. En: Advances in fluorine research and dental
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Victoria Bonilla Represa (1), Carlos Pastor
Conesa (1), Lourdes González Vaz (2), Ricardo Sánchez-Barriga
Mediero (3), Rafael Llamas Cadaval (4).
(1)Odontólogo. Colaborador Honorario de Patología y Terapéutica Dental. (2)Odontólogo. Colaborador Honorario de Introducción a la Clínica Odontológica. (3)Médico Estomatólogo. Profesor Asociado de Odontología Integrada de Adultos (Area de Patología y Terapéutica Dental). (4)Médico Estomatólogo. Profesor Titular de Patología y Terapéutica Dental. Departamento de Estomatología. Facultad de Odontología. Universidad de Sevilla.